Violencia mediante armamento (Blogger)
01/09/2013 - Más armas, más delitos, más homicidios - David Pérez Esparza • Eugenio Weigend Vargas
http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2204323#comentarios2204323
Con base a una serie de estudios y estadísticas en la materia, «Más armas, más delitos, más homicidios» es una reseña interesante pero no deja de ser un artículo más que diagnóstica.
Basado en mi propia experiencia, considero que no basta con la realidad y que se debe elevar el nivel y la autocritica. Respecto a las armas, es corriente poner siempre el dedo y la voz sobre EUA, designándolo como gran responsable de muchas desgracias locales. Sin embargo, la empresa mexicana Industrias Tecnos (nombre comercial es Aguila Amunition) fabrica y vende municiones. ¿Qué pasa cuando un arma no está abastecida?, ¿qué mata o herida a las personas (respecto al presente tema)? Índole del disparo, el arma, el proyectil y la intención deben ser los ejes del análisis. Conforman los responsables operativos y generan la violencia que puntualizan David Pérez Esparza y Eugenio Weigend Vargas en su ensayo. En casi 100% de los casos (descarto el tiro accidental), cuando no se reúnen estos tres factores, no existe el disparo.
Le remito al extracto
de una reseña que escribí en agosto 2013:
«(...) ¿Qué
pasa con las municiones? ¿Los Estados Unidos las surten al mercado, también?
Seguramente, y para ello varias marcas compiten: Corbon, Federal Premium,
Remington, Winchester, etcétera. Pero le
pondría un bemol a la idea comprada inicial. México sabe hacer business con
este insumo esencial al armamento. En Morelos, se producen cartuchos, no
solamente para el uso civil, deportivo y para la caza como lo autoriza la Ley
Federal de Armas de fuego y Explosivos, sino también se fabrican municiones que
abastecen armas para el uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. Esta
industria mexicana sabe operar discretamente. Ciertamente, Industrias Tecnos
(con el nombre comercial Aguila Amunition), desde 1961, fabrica y exporta para
abastecer armas en los cinco continentes (...)»
«A bon entendeur, salut!»
Por otro lado, en un
cierto nivel de peritación, cuando se habla de armas de fuego en el campo de
la formación que enseña cómo utilizarlas, o en el marco de la ley, se refiere
forzosamente a su uso reglamentado. En mi juicio, no basta inisitir sobre la
realidad de la defensa legítima, ya que en ciertas condiciones bajo
coerción, sí se justifica el empleo del arma de fuego, cuando en otras
situaciones ya no aplica. Lo que diferencia cada situación propia al uso de las armas constituye un pasillo
legal y moral muy angosto. Contexto que defino con tino en el capítulo 27
“Fundamentos de la defensa personal” del El
arte de la protección.
A los escépticos y los defensores
de la no-proliferación de las armas, les recuerdo que no todo es de una sola
tonalidad, y refiero a Mahatma Gandhi que define la no-violencia. Escribió (I-59): «La no-violencia no es
un pretexto para encubrir la cobardía, sino la suprema virtud de los valientes.
[...] La cobardía es totalmente incoherente con la no-violencia. […] La
no-violencia presupone la capacidad de atacar.» Esta última frase me
parece análoga al concepto de defensa legítima.
Desde una vista global, como un derecho universal, existe también cierta legitimidad
del uso de la fuerza con recursos armados,
me refiero a nivel de las naciones, en la Carta de las Naciones Unidas, artículo
42 y 43, Capítulo VII: Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de
la paz o actos de agresión.
Las estadísticas, los estudios y los análisis forman soportes que evidencian el hecho de que producir y vender armamento (armas y municiones) contribuye a generar más violencia. Efectivamente, es un principio de realidad, una actualidad trágica para muchos que por más se diagnostique los síntomas no por ello hace que el paciente se cure de su malestar. La verdadera problemática es que las autoridades y los diferentes actores sociales (cuando se preocupan por ello) no encuentran soluciones para resolver el problema. Como bien lo describo en El arte de la protección, la curación debe ser elaborada con varios ingredientes: los valores (la moral y la ética), la educación y la formación.