En el evento de Xtreme Kombat, edición 19, el sábado 1ero de junio, perder una batalla en el octágono, es lo que me paso, en la división de 60 a 66 kg. Pero, el hecho de haber pasado cinco semanas en prepararme, estar al peso en el weigh-in, subir en la jaula a pelear, ha sido ganancia pura, aun más a mi edad.
Mi adversario, Edgar Omar Diaz Morales −19 años−, experimentó largos minutos de infierno de los cuales se liberó con voluntad, lo que está en su honor. “El Nazi” tomo la iniciativa del ataque que conteste esquivando y contragolpeando con mi derecha. Intentó derribarme, lo defendí manteniendo me de pie. En el clinch, aproveche para derribarlo con ko-soto-gari, cayendo en full-mount. Me abrazó protegiendo su cabeza de mis codazos. Al no encontrar el espacio, entonces decidí acercarlo cabeza contra la reja. En el desplazamiento, se protegió volteándose en posición de “tortuga”, y allí lo bloque en rear-mount con un candado de pierna a la cintura, durante más de dos minutos. Ha sido la acción central de la pelea, donde lo ataque de 93 golpes ground'n pound, interponiendo varios intentos de estrangularlo hadata-jime, pero se defendía bien. La pelea estaba a mi alcance, dominándolo. En varias ocasiones el referee la iba parar; avisaba a mi adversario, pero él reaccionaba a tiempo aventando su brazo atrás. Seguíamos peleando.
Más allá de lo que fue y del
resultado final, me importa hacer el dictamen sobre esa experiencia y gran
aventura deportista y marcial que realice. En un año de exploración del MMA
profesional, con tres peleas (0-3-0) en la liga Xtreme Kombat, mis coach, el público,
mis alumnos de Predators, amigos, seguidores en la red social, los fans
desconocidos, me han regresado su entusiasmo, su energía, sus comentarios que
me conmuevan; porque al final de cuenta, para ellos, es un espectáculo que les
he entregado. Para algunos campeones y peleadores locales reconocidos, sólo me
miran, apenas me saludan, pero sin embargo, otros peleadores, maestros y aficionados
de este deporte, sí reconocen mi trabajo.
No todos saben el porqué subo en la jaula, cuando a mi edad, muchos atletas han dejado de hacerlo. Aquí está el reto,
el desafío frente a mis propios límites, subir para probar mis técnicas de
lucha marcial, mis habilidades y, el potencial instintivo.
Para esa pelea, estaba listo,
bien preparado. Baje de una división, y ha sido un doble reto en tomar masa
muscular (2 kilos en dos semanas) y cortar peso (3.5 kilos en cuatro días), con
un real desgaste, pero una recuperación lograda en veinticuatro horas. El día
de la pelea, disfrute cada instante. Con base a la concentración para relajarme,
respirando, logre controlar el flujo de la adrenalina antes de la pelea. De esa
manera, pude subir al octágono, suelto, concentrado, listo para la guerra,
justo con la agresividad necesaria. Repasaba en mi cabeza, mi estrategia, el
ritual y gestos al entrar en la jaula. La atención múltiple me lo permitió.
Pensar en pensar combatiendo enfocado a respetar la estrategia que había
diseñado –preciso que no conocía, ni había podido estudiar previamente a mi
adversario−. Ello consistía en tomar el centro del octágono; dejar que se
acerque mi oponente, percibirlo, observar como tenía su guardia; medir la
distancia, trabajar primero el counter,
actuar en striking. Respecto a mi
pateo, no iba lanzar más que low kicks
al interior de su pierna izquierda, para luego ver como manejaría sus brazos, y
tener de reserva mi pateo high kicks para
el segundo round. Adicionalmente, tenía claro estar listo a lo que se
presentaría. Logre cumplir parte de esa meta.
Tenía medido la superficie de la
jaula, del centro hasta la malla eran cinco pasos. Distancia que rápidamente recogí
sin querer, al realizar un stand up. Pero "blackout", medio me desmallo y me caigo atrás. ¿Qué fue lo que paso? ¿El tanque vacío, la falta de cardio, el hecho de haber cortado peso, la edad o, la suma de estos factores serán la razón? La realidad es que tengo el cerebro abrumado, y fue el principio del final al favor de mi adversario. Baje guardia, aventé una patada sin pensar, fue el error, caí de nuevo, y me sonó con un golpe que no vi llegar al pómulo izquierdo. Mi oponente logró tomarme la
espalda con un rear-neck-choke. Era
demasiado tarde, estaba encajado y, vacío de energía, tape.
>> ver el vídeo de la pelea
De menos a más, sigo mi camino
donde busco la perfección. Sin embargo, la parte atlética es la que voy a tener
que pulir, con los recursos adecuados.
Oss!
"A dream, work hard, be smart and never give up!"
David, el leer estas líneas hace que los fans de las artes marciales mixtas como yo, amemos más este deporte. Yo estuve presente el día de tu pelea, estuve a centímetros de ver el poderoso ground and pound que pudiste aplicar gracias a tu excelente técnica de rear-mount con el candado de pierna. Agradezco tu entrega y espero verte pronto de nuevo dentro de la jaula. Un abrazo! Alu (Alejandro Murguía)
ResponderBorrarGracias Alejandro por tus palabras. Me da mucho gusto que hayas disfrutado la pelea. Espero que nuevamente pueda subir "in the cage". Saludos!! David
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