2012-11-30

Meditar para encontrarse (primera parte)


Oscar Saúl RM

Tan importante es iniciar como culminar

Tenía apenas 13 años de edad cuando tomé mi primera clase de meditación. Han pasado más de 30 años desde ese día y desde entonces la hice mi práctica personal. Llegué a temprana edad a la sala de meditación tras una fuerte hambre existencial, a la fecha llevo más de cuatro años compartiendo el maravilloso descubrimiento con el que me encontré.

Es a través de la Meditación Cuántica que practico con gran entusiasmo las experiencias espirituales acumuladas a lo largo de los años, y con el mismo entusiasmo escribo para ustedes este artículo.

¿Qué es meditar?

Los diccionarios nos refieren a un concepto occidental de la meditación, dicen que meditar es pensar detenidamente en algo. De acuerdo con este concepto, podemos meditar en nosotros mismos, en alguien, en un objeto, en un ser vivo o en una situación, en algo del presente o del pasado. Dicha definición indica que meditar es una actividad mental.

Meditar ha sido un recurso utilizado por las religiones de todos los tiempos y por las propuestas espirituales contemporáneas. Meditar en las escrituras sagradas de cada religión o en los diferentes símbolos que las sustentan es la manera como lo hacen. Para lograr meditar se requiere de la concentración mental que se da a través de dirigir la atención y mantenerla en un tema. Se logra que quien medita llegue a reflexionar, primero, y después logra descubrir el conocimiento espiritual profundo. La culminación que se pretende alcanzar al meditar es la experiencia, la vivencia espiritual.
                                                                   
Para quienes no están en tan profunda búsqueda espiritual, meditar es sinónimo de reflexión y por ello encontramos en algunas conversaciones frases como: medita las consecuencias de tus actos, dedica unos días a la meditación de los temas que platicamos, después de una larga meditación he llegado a una conclusión.

Como filósofos, poetas, artistas o creativos, podemos meditar en cualquier cosa sin búsquedas existenciales y siempre encontrando las profundidades del tema en el que meditamos. Meditar se ha convertido, entonces, en un medio para conocer las instancias del ser y de la vida.

La atención sostenida da paso a la observación sostenida, a la observación que, cada vez más minuciosa, nos lleva al descubrimiento de lo que se observa, nos lleva a darnos cuenta de lo observado y sus pormenores.

La Meditación

Meditación es la acción y el efecto de meditar.
                    

La meditación en Occidente es una actividad de la mente para conocer a través de ella, mientras que para el Oriente significa acceder al conocimiento del ser a través del conocimiento de las emociones, las sensaciones, los procesos del cuerpo y los mecanismos de la mente así como de los procesos del espíritu. El recurso es el mismo: la atención y observación sostenida y el conocimiento no es sólo a través de la mente, también puede ser a través del corazón, del cuerpo mismo y del espíritu.

La meditación ha sido una práctica de los “hombres de conocimiento” en todas las culturas y de todos los tiempos, mucho antes de que se conformaran las religiones. Por eso vemos presente la práctica de la meditación en las culturas antiguas y en las contemporáneas, así como en las religiones, las filosofías y ciencias de todo el mundo.

En sus orígenes y durante varios milenios, la finalidad de toda técnica de meditación había sido lograr la experiencia de unión con Dios, cada técnica proponía un método estructurado y un estilo. Con el paso del tiempo, la finalidad fue el conocimiento y se desvaneció el propósito de unión con Dios, después Dios salió del horizonte.

Regresando a las técnicas de meditación milenarias, aún cuándo tenían métodos y estilos diferentes partían con la misma finalidad y generaban, todas ellas, beneficios comunes que se iban logrando durante el camino: relajación física, mental y emocional, salud física y mental, así como respuestas a preguntas espirituales y existenciales.

Febrero 2012
Oscar Saúl RM 



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