1. Prevenir el riesgo representa el 90% de mi seguridad; 5% de suerte (o mala suerte); el último 5% es la respuesta técnico-táctica a la agresión; entrenar un método de defensa[1] eficaz, con un maestro aguerrido y experimentado.
2.
Controlar mi
respiración y aliento; no dejar que el miedo o el pánico me domine.
3.
Evaluar el
nivel de riesgos real de la agresión; asimilar los siete niveles de la escala
de riesgos (criticidad del peligro).
4.
Percibir la
solicitud del o de los agresores lo antes posible, para adaptar mi respuesta.
5.
Controlar mis
gestos (atender en particular las manos, tanto las mías
como las de mis agresores), y mi orgullo, para no incrementar el estrés del
adversario.
6.
Ver cómo puedo
huir en cualquier momento.
7.
Identificar los posibles objetos transformados en armas.
8.
Ser ágil, tener
movilidad y evitar caer al rechazar la agresión.
9.
Ser
contundente y preciso (sobre los puntos débiles del agresor) cuando se responde
a la agresión.
10. Ver dónde refugiarme y cómo alertar para pedir
auxilio.
[1] Método
de defensa: sistema o técnica de defensa personal. Se refiere a una o varias
escuelas de artes marciales tradicionales, adaptadas o mezcladas.
Nota:Los siguientes niveles (del 1 al 7) del sistema Goshin shin no sendo son representados en el orden de menor a mayor peligrosidad: agresión verbal (actitud amenazante) , empuje, agarre, golpe, arma blanca, arma punzocortante y arma de fuego.
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