2012-09-13

Ser técnico


Los artistas marciales, apasionados y defensores de valores marciales, los guerreros, practicantes de deportes de combate y adictos al Fitness deberían recordar y tener siempre en mente la historia de las Artes Marciales Tradicionales. Por medio de este artículo los invito a hacerlo.

Las Artes Marciales Tradicionales se transmitieron y perfeccionaron durante siglos porque el progreso e innovación de técnicas ha sido una búsqueda constante de los grandes maestros, creativos y curiosos de hacerlas cada día mejor, buscando la perfección técnica (GI), mental (SHIN) y física (TAI): SHINGITAI, un triple valor que caracteriza el dominio de la práctica de un cinta negra, valores que nunca deben ser disociados y con nociones de desarrollo tácticos por encima de la técnica.



Sin embargo, la técnica no siempre ha sido valorizada o entendida bajo este esquema; no sólo representa los fundamentos de una escuela marcial (RYU en Japonés), sino que es el edificio completo, el Dojo mismo. Sin técnica (GI) no hay identidad, no hay control posible, no hay arte marcial, no hay forma ni fondo.

El corazón, la voluntad, la resistencia en los combatientes, sumados a sus habilidades físicas trabajadas (SHIN-TAI) no constituyen el arte marcial. Se debe practicar la técnica junto con estas cualidades físicas (TAI) y mentales (SHIN) para repetirla, entenderla, sentirla, mejorarla, hacerla un reflejo de uno, ser eficaz con ella, perfeccionarla tal como el herrero japonés forja la Katana (su hoja; Tô).

Me gustan las técnicas marciales BU-JUTSU, practicarlas es el camino del arte marcial, el BUDO, siempre aspirando a la perfección y equilibrio entre su forma física, estética y su faceta interna y energética. Es un largo camino con trabajo constante, cotidiano, hasta el final.

19 de Marzo del 2012

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