2012-09-17

Acción y corazón - parte 1


Es necesario desmitificar las artes marciales (BUDO, en japonés), nunca es por demás, así como decodificar y transmitir a sus practicantes los mensajes que conforman su riqueza; es una misión que formará parte de mi tarea.

Lo haré poco a poco para que el público neófito o amateur de las artes marciales sepa dar un sentido justo y veraz al lenguaje técnico, basado en parte en palabras asiáticas occidentalizadas, como es el famoso KARATE (Karate Do).

En un artículo anterior (Artes Marciales: ¿deporte letal?) comencé a aclarar ideas estereotipadas que afectan la imagen de las artes marciales en general. Por lo mismo, me parece necesario transmitir la semiología de las artes marciales.

Dos palabras bien conocidas por todos pueden resumir y simbolizar este universo creativo de las artes marciales: acción y corazón. Por ello, éste será el título de una serie de artículos que publicaré para informar y explicar a mis lectores la forma y el fondo, que constituyen el cuerpo y el alma de las artes marciales.

Aunque es originaria de Japón, la palabra KARATE se ha integrado a los idiomas occidentales. Por ello es justo preguntarse cuál es su significado: KARATE proviene de KARA (vacía) y TE (mano), y se entiende como “manos vacías, sin armas”.

Pero a un nivel más profundo, en el sentido espiritual y filosófico, KARATE significa “manos vacías de toda mala intención”, y “extensión de la mente y del espíritu como resultado de la capacidad de controlar las emociones”.

El KARATE DO es un sendero para el desarrollo personal y no sólo un conjunto de técnicas que pueden confundir y provocar que el neófito lo catalogue como “violento”.
Otro precepto fundamental del KARATE DO es que se trata de un sistema con técnicas para defenderse cuando no hay otro recurso para controlar la situación, como es el caso de la comunicación verbal (negociar, tranquilizar, ofrecer disculpas, etcétera) o la gestual (esquivar, por ejemplo).

En conclusión, el KARATE DO no debe ser utilizado con fines bélicos (del latín bellïcus, que se refiere al uso de la violencia, a un acto de guerra o a cualquier ataque o conflicto), si no para defensa propia o a tercero. A suivre...




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